Confirmada la pena de doce años por violar a la hija menor de un amigo en León

La niña quedaba a su cuidado cuando el padre trabajaba y el acusado apeló llamando a la niña "mentirosa experimentada"

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Confirmada la pena de doce años por violar a la hija menor de un amigo en León
O.R.R
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 El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) ha ratificado íntegramente la condena de 12 años de prisión y cinco de libertad vigilada contra un hombre condenado por violar a la hija menor de un amigo en León.

La sentencia de la Audiencia Provincial de León también incluía la prohibición de acercarse a la víctima a menos de 200 metros durante 15 años, así como una indemnización de 30.000 euros por los daños morales causados.

El condenado, vecino de la víctima, que entonces, en abril de 2017, tenía 13 años, mantenía "una relación de cercanía y confianza" con la niña, que quedaba a su cuidado cuando el padre trabajaba. Así, se encargaba de prepararle la comida y de cuidarla cuando regresaba del colegio.

En ese contexto inició conductas de acercamiento sexual que fueron incrementándose hasta que un día la violó.

A partir de ese momento, estas acciones se produjeron de forma persistente durante dos años, a veces prácticamente a diario, con un propósito por parte del condenado de satisfacer sus deseos libidinosos valiéndose de "una situación de convivencia y de superioridad".

El alto tribunal ha desestimado el recurso de apelación interpuesto por su defensa al considerar que "la declaración de la víctima reúne los requisitos de credibilidad subjetiva y objetiva, así como persistencia en la incriminación".

El argumento principal del recurrente pasó por cuestionar la credibilidad de la víctima, queriéndola hacerla pasar por "una mentirosa experimentada" que obra por "motivaciones espurias", viniendo a ser su denuncia "una especie de represalia" por el hecho de que no la había dado el dinero que le solicitaba.

Según el TSJCyL, "el hecho de que haya inconcreciones sobre el número de veces que la penetró ha de atribuirse a los numerosos que fueron las agresiones que se sucedieron a lo largo deprácticamente dos años, en ocasiones con frecuencia diaria".

"Exigir concreción resulta irracional o ilógico, además de imposible", ha concluido recordando que la víctima -con padres separados y problemas de alcoholismo de su madre, así como estancia en una casa de acogida- carecía de apoyos familiares.

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