Un grave episodio de violencia en carretera ha encendido las alarmas en el ciclismo italiano. El pasado sábado por la mañana, mientras realizaban un entrenamiento rutinario, los corredores del equipo SC Padovani fueron víctimas de un inquietante suceso en el Val d’Adige, en la región de Trentino-Alto Adigio, al norte de Italia.

Según informó el propio club, un vehículo de color oscuro se aproximó lentamente al grupo —formado por unos ocho ciclistas— y, sin mediar palabra, realizó dos disparos antes de acelerar y darse a la fuga. Afortunadamente, no se registraron heridos ni víctimas, y por el momento se desconoce si el arma utilizada era real o de fogueo.

Tras lo ocurrido, el equipo decidió interrumpir de inmediato el entrenamiento y regresar a su sede. La dirección del club recopiló testimonios, imágenes y vídeos para ponerlos a disposición de las autoridades y facilitar la investigación. De hecho, en las últimas horas se ha difundido en redes sociales un vídeo viral en el que se aprecia con claridad la secuencia del ataque y la huida del coche.

El presidente de la SC Padovani, Galdino Peruzzo, expresó su alivio por el desenlace sin daños personales, aunque no ocultó su preocupación: "Estamos tranquilos porque todos los chicos están bien, pero lo sucedido es terrible. La carretera es el gimnasio de nuestros ciclistas y como club hacemos todo lo posible para garantizar su seguridad".

Este incidente no es un hecho aislado para la entidad. En septiembre, uno de sus corredores, Marco Palomba, fue atropellado durante una sesión de entrenamiento. Peruzzo lamentó que en las últimas semanas se hayan repetido episodios de agresividad por parte de conductores, y reclamó una mayor concienciación vial: "Ante la locura de ciertas personas poco se puede hacer, pero es imprescindible promover una cultura de respeto hacia los ciclistas".

El suceso se produce además en un contexto especialmente sensible para el equipo. En octubre, el joven corredor Kevin Bonaldo, de tan solo 25 años, falleció tras permanecer un mes en coma a causa de un paro cardíaco sufrido en competición, durante la prueba conocida como la Pequeña Sanremo.

Mientras las autoridades tratan de esclarecer lo ocurrido en el Val d’Adige, el mundo del ciclismo vuelve a poner el foco en la seguridad en las carreteras, una asignatura pendiente que sigue cobrando un alto precio entre los deportistas.