Claves de casi una década de tensiones comerciales entre la UE y los EE UU de Trump

Mandatarios de los dos bloques intentan alcanzar un acuerdo definitivo después de casi 10 años de tiras y aflojas de tasas, contramedidas y treguas comerciales

imagen
Claves de casi una década de tensiones comerciales entre la UE y los EE UU de Trump
Ursula von der Leyen.
El autor esDaniel Bajo Peña
Daniel Bajo Peña
Lectura estimada: 4 min.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reúnen este domingo en Escocia para intentar llegar a una acuerdo arancelario que ponga fin a la guerra comercial abierta por el republicano en su segundo mandato.

Estas tensiones no son nuevas, ya que la primera etapa de Trump en la Casa Blanca también estuvo marcada por las disputas comerciales con la UE.


Meses de tira y afloja


Durante su campaña electoral a la Casa Blanca, Trump ya había amenazado a la UE con subidas arancelarias pero estas advertencias no se hicieron tangibles hasta el 12 marzo cuando entraron en vigor aranceles del 25% al acero y al aluminio importado a EE. UU., frente a los cuales la UE impulsó contramedidas valoradas inicialmente en 26.000 millones de euros, en tarifas a importaciones estadounidenses.

A pesar de esto, la UE decidió aplazar hasta dos semanas después la entrada en vigor de esta tanda de castigos para seguir negociando con Estados Unidos.

Mientras tanto, el republicano Trump había amenazado con un arancel del 200% al vino y al resto de bebidas alcohólicas, ya que la lista inicial de represalias de la UE incluía gravar el whisky estadounidense.

En el mes de abril la guerra comercial se recrudeció y el bloque comunitario comenzó a sufrir un arancel generalizado del 10% (las denominadas "tarifas recíprocas") a todos sus productos y un incremento del 25% a los coches.

Trump anunció entretanto una tregua comercial de 90 días -que expiraba el 9 a julio- que permitía poner en pausa nuevos castigos. La UE respondió a esta rama de olivo con la suspensión total de la entrada en vigor de las represalias previstas por su parte hasta la misma fecha del 9 de julio, siempre con el ánimo de dar una oportunidad al acuerdo.

Las negociaciones entre los dos bloques se intensificaron y la Comisión Europea propuso a Trump un acuerdo recíproco de bienes industriales a tarifas cero, pero la delegación estadounidense exigió otras contrapartidas como cambios legislativos en la normativa europea medioambiental, sanitaria y el fin del cobro del IVA.

A pesar de que las negociaciones continuaron en marcha, esto no impidió a Trump subir el arancel del acero y aluminio hasta el 50% el 4 de junio.

El 7 de julio, aunque las negociaciones avanzaban a un buen ritmo y el acuerdo parece a punto de caramelo, Trump decidió retrasar hasta el 1 de agosto el plazo inicial de tregua del 9 de julio.

En ese momento, las dos delegaciones negociaban un gravamen del 10% a las importaciones europeas, en línea con el acuerdo entre Estados Unidos y Reino Unido, a cambio de que EE. UU. permitiese ciertas excepciones a productos sensibles.

Aunque este nuevo retraso pudo interpretarse como un gesto de buena voluntad, Trump envió el pasado 14 de julio una misiva dirigida Von der Leyen, en la que amenaza a la UE con un arancel generalizado del 30% si el 1 de agosto si no se llegaba a un acuerdo.

Las negociaciones prosiguieron y el acuerdo suscrito entre la Estados Unidos y Japón el pasado 23 de julio que instaura un tasa aduanera del 15% hacía confiar a los Veintisiete en la posibilidad de acordar un pacto similar.

No obstante, la UE se ha guardado en la recámara un arsenal de contramedidas valorado en 93.000 millones de euros que entrarán en vigor de forma escalonada a partir del 7 agosto si finalmente no se llega a un acuerdo.


Primer mandato de Trump


En 2018, EE. UU. impuso aranceles sobre exportaciones europeas de acero y aluminio por valor de 6.400 millones de euros. En respuesta, la UE introdujo aranceles de reequilibrio sobre las exportaciones estadounidenses a la UE por un valor de 2.800 millones de euros.

En julio de este mismo año, el entonces presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y Trump mantuvieron un encuentro en la Casa Blanca que consiguió frenar la escalada comercial y fue interpretado como un gran éxito diplomático.

Los aranceles al aluminio y al acero continuaron vigentes, pero Trump se abstuvo de extender estas subidas a más productos y los dos mandatarios se comprometieron a seguir trabajando en un pacto de aranceles cero.

A cambio de esta tregua, Juncker se comprometió a aumentar las compras europeas de soja estadounidense y, en septiembre de ese mismo año 2018, el Ejecutivo comunitario anunció que EE. UU. se había convertido en el principal suministrador europeo y había duplicado su volumen respecto al año anterior.

El compromiso suscrito entre Juncker y Trump también incluía el aumento de las importaciones de gas licuado estadounidense que posteriormente se dispararon tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022.


El periodo de Biden


En 2022, ya con el demócrata Joe Biden como nuevo inquilino de la Casa Blanca, la UE suspendió estas medidas por completo hasta el 31 de diciembre de 2023 para dar tiempo a colaborar en una solución a largo plazo.

EE. UU. sustituyó los aranceles por un sistema de cuotas arancelarias basado en volúmenes comerciales históricos, lo que resultó en que el acero y el aluminio de la UE por encima de la cuota siguieran sujetos a aranceles. En diciembre de 2023, las dos partes decidieron prolongar este pacto provisional hasta el 31 de marzo de 2025.

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App