La sepsis es una emergencia médica potencialmente mortal si no se trata a tiempo y se produce cuando el organismo reacciona de manera extrema a una infección
Castilla y León trabaja en un Código Sepsis regional tras registrarse 7.372 episodios en los hospitales
La sepsis es una emergencia médica potencialmente mortal si no se trata a tiempo y se produce cuando el organismo reacciona de manera extrema a una infección
Castilla y León trabaja en la implantación de un Código Sepsis autonómico, similar al Código Ictus, para reducir la mortalidad y mejorar la calidad asistencial después de que los hospitales de esa comunidad registraran 7.372 episodios relacionados con sepsis en 2024, un 39% más que en 2020 cuando se contabilizaron 5.306 casos.
La Consejería ha detallado que no obstante la mortalidad ha descendido del 36,3% al 31,6% en ese periodo, pero sigue siendo una de las complicaciones más graves en la atención hospitalaria, publica EFE.
Para homogeneizar la actuación, la Junta trabaja en la implantación de un Código Sepsis Regional, similar al Código Ictus, que "establecerá un modelo organizativo común" y "definirá indicadores asistenciales para evaluar resultados".
El objetivo es reducir la mortalidad y mejorar la calidad asistencial, ya que la tendencia al alza en los casos y la elevada mortalidad subrayan la importancia de protocolos eficaces y de la futura estrategia regional. Según los datos facilitados a EFE por la Consejería de Sanidad a través del Portal de Transparencia, Valladolid y León concentran el mayor número de episodios, con más de 1.400 y 1.200 casos respectivamente en 2024.
En cambio, provincias como Soria (206) y Segovia (446) presentan cifras más bajas. El porcentaje de fallecimientos varía notablemente: Palencia llegó al 49% en 2020, mientras que en 2024 se redujo al 30%. León mantiene tasas elevadas, con un 35% el último año.
La evolución provincial refleja un incremento generalizado, con diferencias significativas en mortalidad. Ávila pasó de 441 a 535 casos, manteniendo una mortalidad estable en torno al 33-34%. Burgos experimentó un aumento notable, de 672 a 1.166 episodios, con un ligero descenso en los exitus del 29% al 27%.
León, una de las provincias más afectadas, subió de 834 a 1.243 casos, reduciendo la mortalidad del 42% al 35%. Palencia, que en 2020 registraba la tasa más alta, con un 49%, bajó hasta el 30% en 2024, mientras los casos crecieron de 320 a 464.
Salamanca también incrementó su incidencia, de 765 a 1.093 episodios, aunque la mortalidad se mantuvo estable en torno al 32%. Segovia duplicó prácticamente sus cifras, al pasar de 239 a 446 casos, con una bajada del 41% al 34%.
Soria fue la única provincia que redujo el número de episodios, de 306 a 206, y logró disminuir la mortalidad del 36% al 25%. Valladolid, la provincia con mayor volumen, pasó de 1.170 a 1.408 casos, con una caída en los fallecimientos del 37% al 33%, mientras que Zamora aumentó de 559 a 811 episodios y redujo la mortalidad del 33% al 27%.
Una urgencia vital que exige rapidez
La sepsis es una emergencia médica potencialmente mortal si no se diagnostica y trata a tiempo. Se produce cuando el organismo reacciona de manera extrema a una infección, causando daño a sus propios tejidos y órganos, lo que puede derivar en insuficiencia orgánica e incluso en la muerte.
Los síntomas más frecuentes incluyen fiebre elevada o hipotermia, escalofríos, respiración y frecuencia cardíaca aceleradas, confusión y dolor intenso. Con una analítica, suelen detectarse alteraciones en los niveles de ácido láctico y en el recuento de glóbulos blancos (leucocitosis o leucopenia).
El tratamiento debe iniciarse de inmediato e incluye antibióticos, líquidos y oxígeno, ya que cada minuto cuenta para mejorar el pronóstico del paciente. Sin embargo, el tiempo medio de administración de antibióticos se sitúa en torno a las tres horas, cuando la mortalidad puede dispararse del 10% al 60% si se superan las seis horas sin intervención.
Más letal que el infarto y con secuelas
La sepsis se lleva por delante más vidas que el infarto de miocardio y, cuando el sistema inmunitario pierde el control frente a una infección bacteriana, vírica, fúngica o parasitaria, puede desencadenar un fracaso multiorgánico.
Incluso los pacientes que sobreviven son tres veces más propensos a desarrollar problemas cognitivos. Las formas más graves, que representan un 30% del total, conllevan debilidad neuromuscular, dolor crónico, estrés postraumático y depresión.
Todos los hospitales de la Comunidad cuentan con protocolos internos elaborados por equipos multidisciplinares, que incluyen profesionales de Anestesiología, Urgencias, Microbiología, Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), Radiología, Medicina Interna-Infecciosas, Pediatría, Cirugía General y Enfermería.
En algunos centros participan también oncólogos y hematólogos. La activación puede realizarla cualquier profesional que detecte criterios clínicos de infección y disfunción orgánica, para garantizar una respuesta rápida y coordinada, publica EFE.
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