Luis Trapiello: "En lo que escribo está presente mi concepción filosófica del mundo: la sociedad, la persona"

El filósofo leonés presenta en Valencia su poemario 'La nada transverberada' el martes 13 de mayo

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Luis Trapiello: "En lo que escribo está presente mi concepción filosófica del mundo: la sociedad, la persona"
Luis Trapiello presenta su último poemario el martes 13 en Valencia.
El autor esSusana Martín
Susana Martín
Lectura estimada: 5 min.

Es ahora el mayor de la saga de los Trapiello. Filósofo de formación y pasión, escribe prosa y poesía con las mismas ganas. Luis García Trapiello (León, 1949) acaba de publicar sus penúltimos versos, 'La nada transverberada' (Olé Libros), que presenta en Valencia, donde vive, el próximo martes 13. Con Ana Noguera y Pepe Roig como 'teloneros'.

- Ha escrito dos novelas y este es su cuarto poemario, 'La nada transverberada'. ¿Qué busca contar tras ese título tan… complejo? Lo explica su prologuista, pero cuénteme usted.

- Un título discutido pero que he mantenido con ese neologismo, escrito a partir del concepto 'transverberación'. La portada, un cuadro de mi hermano Seve, viene a explicarlo visualmente. Un lienzo en blanco es nada, sólo es un cuadro cuando esa nada es atravesada por la palabra, Logos, acción, que en el caso de la pintura es el color, y será lo que a lo largo de su hacerse vaya siendo atravesado por ella, por la acción que en ella está significada. Comenzamos siendo nada. Somos lo que hemos sido.

- ¿Pero cuántos Trapiellos hay dedicados a las letras?

- De nueve hermanos que éramos, cuatro hemos escrito y publicado. Cada uno con su estilo, con sus géneros preferidos y con su compromiso, aunque dedicados a las letras en exclusividad sólo lo han hecho Pedro y Andrés. Jose María y yo soólo hemos escrito como complemento a nuestra dedicación profesional y vital.

- ¿Usted se siente más cómodo con la poesía o con la novela?

- Hace unos años, un hermano encontró en el desván de nuestra casa un ejemplar de la revista que se publicaba en el colegio de los dominicos de La Virgen del Camino. En él había un poema con mi firma y mi edad, 14 años. Hasta en las noches de guardia en el cuartel de artillería de Vitoria escribía protegido por las paredes de la garita. ¿Novela? ¿Poesía? Son dos formas distintas de comunicar, pero disfruto con ambas.

- ¿Qué es la poesía para usted? ¿Qué vinculación le ve con su faceta de filósofo?

- Nos podemos poner interesantes y hablar de la poesía como puerta que se abre el misterio, ventana desde la que se vislumbra el infinito, perpetua tensión del poeta hacia el absoluto… Para mí, la poesía no deja de ser sino un acto de comunicación y que, como tal, está sujeto al principio de que en él ha de contenerse una información codificada de tal manera que el receptor pueda entenderla, comprenderla. Sí, un acto de comunicación con dos notas propias: síntesis y equivocidad expresiva. Que acertemos con las palabras y su orden es lo que permitirá que a quien nos lea le agrade, a la vez que le diga algo. Pero eso es lo que nos ocurre con las personas amigas cuando charlamos con ellas. Recordando nuestros días de universidad, no debemos olvidar que la poesía, según Barthes, es prosa más métrica, rima y ritual de imágenes. Pero prosa, la misma con la que nos comunicamos con las demás personas. Y sí, en lo que escribo está presente mi concepción filosófica del mundo: la sociedad, la persona. Con ella no sólo procuro por que se sienta, sino también por que se piense.

- ¿Qué le ha ayudado más en su vida a encontrar respuestas, la filosofía o la poesía?

- La filosofía, fruto de un pensamiento que siempre he reivindicado crítico. Toda afirmación ha de ser sometida a escrutinio, a contraste, así venga de un maestro o de un porquero. Y toda vida ha de realizarse bajo la guía de una ética en la que el sujeto es uno más del conjunto al que se pertenece, la humanidad, no siendo más ni menos que el resto de los individuos; sometido, así mismo, a un juicio ecuánime sobre todo lo que le sucede y lo que acontece a su alrededor. Ecuánime, que no equidistante ni neutral. El primer concepto es ético, los otros dos son políticos. ¿Y la poesía? Pues, como he dicho, la poesía es una forma de comunicar todo eso.

- ¿Tiene usted algún ritual para escribir? En silencio, con música, a una hora determinada…

- El arte de la escritura… La poesía, cuando hay una idea asociada a una imagen, a unas palabras que forman un sintagma con sentido y significado… un boceto, luego se repasa, se reescribe, se olvida, se vuelve a leer, se repasa, se reescribe… La novela, de forma sistemática: la mañana para escribir y la tarde para ir elaborando mentalmente lo que al día siguiente se procurará plasmar en texto escrito.

- ¿Es esta su obra más… melancólica?

- Entiendo que esa ha debido ser la sensación que le ha provocado su lectura, pero no, no es melancólica, es reflexiva, como las anteriores. Es verdad que puede que este libro tenga un peso mayor la preocupación y hasta de desazón. Ha sido escrito en tiempo convulso y en el que parece que la ética ha sido cubierta con un manto negro: Sudán, Ucrania, Gaza… Y en este último caso siendo testigos de una matanza de niños, de niñas, de mujeres… ¡de civiles!, destruyendo sus hospitales, impidiendo la llegada de víveres y, todo ello, sin un reproche internacional…

- ¿Qué lee usted?

- Poesía, novela, ensayo de economía y sociología. Estos son momentos en los que dispongo ya de más tiempo para mí.

- Recomiéndeme tres novelas que le hayan entusiasmado.

- De las recientes, aunque uno tendría que recomendar leer porque el número siempre limita el disfrute que ha habido, pero bueno, citaré 'Maniac'de Benjamín Labatut; 'Lección de Alemán', de Siegfried Lenz… y, aunque no sean novelas, permítame que recomiende dos libros que, entre otras muchas cosas, a mí me han ayudado en la reflexión crítica sobre lo que está pasando en Israel, EEUU… 'La lengua del Tercer Reich', de Victor Kemplerer, y 'Errata', de George Steiner.

- Y tres poemarios.

- Me sucede lo mismo que con la novela, es complicado limitar la enunciación a tres libros, pues siempre dejamos en el silencio tantos con los que hemos disfrutado. Pero bueno, citemos tres de los últimos: 'Juegos de inteligencia', de Rosario Castellano; 'A la niebla', de Francisco Brines; y 'Euforia', de Carlos Marzal.

- Este poemario se lo dedica a su mujer, Adela, y a su hermano Seve, que falleció en noviembre…

- A mi mujer, lectora crítica con la que converso al final del trabajo que doy por acabado y que muestra que nunca lo está, pues siempre se puede mejorar. A mi hermano Seve, porque sabía que nos dejaba colgados de su afecto...

- ¿Tiene ya en mente su próximo proyecto literario?

- En la pantalla del ordenador aparecen y desaparecen una novela y un ensayo ficcionado sobre verdad y posverdad que, por lo visto, nunca doy por finalizados.

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