Con más oficio que brillantez, el Mirandés logró superar la primera ronda de la Copa del Rey tras imponerse al Astorga en la tanda de penaltis (3-4), después de un encuentro gris que terminó con empate a un gol tras la prórroga. Los rojillos se adelantaron con un tanto espectacular de Petit, pero vieron cómo los locales igualaban en el minuto 89 para forzar un desenlace agónico desde los once metros.

El choque disputado en La Eragudina, ante unos ochocientos espectadores, ofreció más lucha que fútbol. El Mirandés, con un once ofensivo y un planteamiento más abierto de lo habitual, trató de imponer su superioridad técnica, aunque sin profundidad ni claridad en los metros finales. Durante el primer tiempo apenas inquietó la portería rival: solo un disparo lejano de Petit, que obligó a Diego Llamazares a lucirse, rompió la monotonía de un juego trabado y sin ritmo.

El Astorga, ordenado y solidario, también dispuso de sus opciones, sobre todo a través de Cabral y Ayoub, que pusieron a prueba los reflejos de Juanpa. El empate sin goles con el que se llegó al descanso reflejaba a la perfección lo visto sobre el césped.

Tras la reanudación, el Mirandés encontró el camino del gol gracias a una genialidad. En el minuto 57, Petit recogió un balón en el centro del campo y, viendo adelantado al guardameta local, lanzó una vaselina precisa que se coló en la portería. Un tanto de bella factura que parecía encarrilar la clasificación.

Sin embargo, los rojillos no supieron cerrar el partido. Con el paso de los minutos, el Astorga se fue soltando hasta lograr el empate en el minuto 89, obra de Álvarez, que aprovechó un balón suelto en el área para batir a Juanpa y desatar la euforia en las gradas.

La prórroga apenas tuvo historia. Los locales, crecidos por el gol, dispusieron de una clara ocasión en las botas de su goleador, cuyo disparo rozó el poste. El Mirandés, falto de ideas, se limitó a resistir hasta el desenlace desde el punto de penalti.

En la tanda de penaltis, Eto’o falló el primer lanzamiento para los burgaleses, pero posteriormente acertaron Marino, Barea, Pica y Tamarit, este último autor del disparo definitivo que selló el 3-4 final y el pase a la siguiente eliminatoria.