El Santuario de Castrotierra celebró este sábado la segunda de las fiestas de las Pascuas, con la presencia de pendones, el saludo de la Virgen y una jornada de júbilo que reunió a cientos de personas en este entorno mariano, símbolo de la provincia leonesa. 

La Valduerna festeja esta romería desde tiempo inmemorial a su patrona, a la que acuden para solicitar su ayuda ante las necesidades de la vida o simplemente expresarle su gratitud, máxime en el ciclo de Pascua, relata Ical. 

Más allá de la romería de Castrotierra a Astorga, que se repite cada varios años o cuando se ruega el voto por sequía, todos los años se celebran las fiestas de las Pascuas. Primero, los pueblos de Robledo, Robledino y Posada hacen su visita, con pendón, cruz y la virgen, engalanada, el sábado siguiente a la Aparición del Arcángel San Miguel (8 de mayo), y el resto, Ribas, Redelga, Miñambres, Villamontán, Villalís, Valle, Fresno, Palacios y Castrotierra, el sábado anterior al Domingo de Pentecostés, es decir, durante esta jornada.

Este sábado, numerosos romeros partieron desde Ribas, donde un poco antes de las 10 horas el campanero anunció que se ponían en marcha. A la hora descrita, con la Virgen, pendón y la cruz parroquial, salieron camino de Redelga, donde les esperaba el pueblo. Poco después se unieron a la procesión mariana Miñambres, Villamontán y Villalís, que llevan a Valle precedidos, como todos los demás, de los atributos de pendón y cruz. Juntos marchan unidos hasta el inicio de la cuesta del santuario, donde les espera Palacios, porque Fresno subió por el lado opuesto, como es tradición.

La vuelta la iniciaron los de Fresno por el mismo camino. El resto comenzó la marcha de regreso a casa y los pueblos de despidieron uno a uno. En cada plaza se reunieron para degustar la invitación con la que les obsequia el alcalde pedáneo, integrada por frutos secos, vino y refrescos.

El presidente de la Asociación El Pendón de Palacios de la Valduerna (León), Domingo Cabello, explica en declaraciones a Ical que son ocho los llamados 'procuradores de la tierra', de la jurisdicción de Astorga, que deciden y votan cuándo sale la procesión de la Virgen de Castrotierra. Habitualmente lo hace cada siete años, a no ser que estas personas opten por hacerlo por sequía, que no es el caso de este 2025 ni tampoco de Las Pascuas, que es lo que se ha celebrado este sábado.

Tradición

La romería de la Virgen de Castrotierra se basa en una tradición que señala que ante una pertinaz sequía que ya duraba siete años, los campesinos, en el siglo V, acudieron a Santo Toribio, obispo de Astorga, para buscar consejo. El Santo les contestó que "buscarán no lejos de allí la milagrosa imagen de la Virgen de Castro, llevadla en procesión a la Catedral y tened allí en su honor un solemnísimo novenario".

"Si tal hiciéreis, la lluvia fecundará vuestros campos y siempre que os encontréis en apuros de sequía, peste y otra calamidad, acudid a la Virgen y seréis remediados", proseguía la tradición. Los campesinos siguieron las instrucciones del obispo y la lluvia volvió a la comarca.

Santiago Alonso Garrote, en su obra titulada 'El libro de la Virgen del Castro', publicado en 1900, cuenta que la primera noticia de la romería data de 1557. Un punto polémico en el que casi todos coinciden es cada cuánto tiene que salir la Virgen. Alonso Garrote señala que "existe la creencia en Astorga de que tiene que ser traída cada siete años, aún cuando no se vote, porque dicen que le corresponde venir". Esta idea, no escrita, ha adquirido ya carta de tradición.

En la Historia, la Virgen no ha salido solo para pedir la lluvia. Lo hizo, por ejemplo, en 1588, cuando Felipe II ordenó hacer rogativos para implorar ayuda para la Campaña de Inglaterra, contra la Armada Invencible, además de en otras ocasiones, en La Bañeza o Astorga, con motivo del fin de las Guerras Carlistas o de la Guerra Civil, entre otras.

Procuradores de la tierra

Figura relevante es la de los procuradores de la tierra, que surgió en el siglo XVI, en torno al año 1573, cuando tenían funciones puramente administrativas de justicia social y jueces de paz en litigios menores. Pasaron a ser procuradores de la Virgen del Castro por decisión de la Marquesa de Astorga, que donó al Santuario el monte denominado de la Marquesa, en Pradorrey, para que "con los frutos y rentas de él pudieran atender a los gastos de un novenario" que en las grandes épocas de sequía había de hacerse a la Virgen.

Los encargados de que esto se cumpliese eran, precisamente, los procuradores de la tierra, también llamados desde entonces procuradores de la Virgen del Castro.