El Servicio de Estudios Económicos de Castilla y León (EcovaEstudios), dependiente del Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora (Ecova) presentó el Observatorio Económico regional del tercer trimestre, donde se constató que la economía regional "se encuentra en un momento de estabilidad frágil, donde existe un crecimiento inestable en un entorno complejo".

El director de EcovaEstudios, Juan Carlos De Margarida, manifestó que "el final del año 2025 se caracteriza por una desaceleración del crecimiento, así como una alta volatilidad financiera, un aumento de las restricciones comerciales y una gran incertidumbre política". "Aunque el déficit público se ha reducido debido al incremento de los ingresos, nos encontramos ante un despilfarro de gasto público sin contención y sin voluntad política de reversión, siendo del todo necesario aplicar presupuestos en base 0. Es decir, iniciar cada año presupuestario cuantificando las necesidades y proyectos a realizar sin partir del gasto aplicado o inversión del año anterior, al objeto de ajustar el gasto público a las necesidades reales de la sociedad".

En cuanto a la situación de las cuentas pública, De Margarida resaltó que "la prórroga de los presupuestos de años anteriores se enfrenta a la imposibilidad de afrontar nuevas políticas públicas en sanidad, educación o servicios sociales sin contar con inversiones en nuevos proyectos de infraestructuras determinantes para proyectar y consolidar la competitividad a nivel social y económico de la región". A todo ello se le debe sumar "la ineficiencia en la ejecución de los Fondos Next Generation, lo que supone una pérdida de oportunidad, además de una amenaza para el crecimiento económico nacional y regional".

En cuanto al mercado de trabajo, las variables analizadas por el Observatorio corroboraron que "la buena marcha del empleo depende, en gran medida, de la mano de obra extranjera que cubre los puestos de trabajo en sectores críticos de la actividad económica, así como de la estabilidad empleadora de las Pymes y de los autónomos, que son verdaderos generadores de puestos de trabajo y creación de riqueza".

Para concluir, De Margarida expresó que frente a todas estas realidades, Castilla y León se encuentra ante una coyuntura socioeconómica "favorable y a la vez incierta". La región mantiene un crecimiento moderado, una base industrial más diversificada que otras comunidades y un capital humano cualificado, pero se enfrenta a una incertidumbre por la falta de impulso estratégico para afrontar retos como la despoblación y la competitividad.

Por este motivo, urgió que la Comunidad autónoma formule un plan económico robusto que contemple ajuste del gasto, pero también un estímulo productivo para no restringir su desarrollo. Para ello, son determinantes unos presupuestos que marquen el camino hacia la estabilidad y el crecimiento, sorteando todos los impactos tanto económicos como sociales.

Además, indicó que para conseguir estabilizar el crecimiento económico y social de Castilla y León es necesario reforzar su posicionamiento nacional e internacional para atraer empresas innovadoras, consolidar las existentes y crear un entorno favorable a la inversión que garantice la calidad de vida de los ciudadanos de hoy y de las nuevas generaciones de castellano y leoneses.