El corto de Rodolfo H. Molina que fusiona tradición e IA para contar la leyenda del cuélebre leonés

El cortometraje, en el que ha trabajado durante 3 años, se estrenará este sábado en el Teatro El Albéitar de la Universidad de León

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El corto de Rodolfo H. Molina que fusiona tradición e IA para contar la leyenda del cuélebre leonés
Cartel de 'La leyenda del cuélebre'.
Thais Lozano
Lectura estimada: 3 min.
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Contar hace años la leyenda del cuélebre leonés, un ser entre serpiente y dragón que atormentaba a todo un pueblo, dependía del embrujo de quien narraba y de la imaginación del que escuchaba, pero revivirlo en un corto es más complicado, por eso Rodolfo H. Molina ha unido tradición e inteligencia artificial. 

De las leyendas tradicionales de la provincia de León, Rodolfo H. Molina (Reinosa, Cantabria, 1978), considera que la del cuélebre es "la más espectacular, la más loca, la que parecía ya en sí misma un guion de cine esperando que alguien la rodara", señala el director en una entrevista con EFE.

Hay varias leyendas basadas en este ser, el cuélebre, representado como una serpiente de gran tamaño con cabeza y alas de dragón y cuerpo lleno de escamas que habita en la espesura de los bosques, en los torreones de los castillos en ruina o en las fuentes de gran cavidad subterránea.

La leyenda de la laguna de Leitariegos

H. Molina ha tomado como punto de partida para su historia 'La leyenda de la laguna de Leitariegos' y como elenco a actores ya habituales en otros de sus trabajos como Alberto Díaz, Ángela Alonso, Inés Diago, Alejandra Lechuga, Paz Martínez, Miguel Barajas o Javier Bermejo.

Según cuenta la tradición popular, en una noche cerrada en la nieve un peregrino pidió albergue a las gentes de este pequeño pueblo leonés que hicieron caso omiso a sus súplicas y prácticamente le dejaron morir aterido de frío y hambre.

Poco antes de fallecer les advirtió que su cayado sería el instrumento de su venganza por su despiadada actitud. Al momento, el báculo tomó vida y se transformó en una enorme serpiente que se deslizó hasta las aguas de la laguna y que cada año salía en la noche de San Juan para devorar todo lo que encontraba a su paso.

Moraleja clara

La única forma de frenarle era entregándole una joven en sacrificio y así pasaron los años, con la población resignada, hasta que llegó una muchacha, muy devota, que le arrojó un rosario a la bestia y este se convirtió en una cadena que arrastró al cuélebre al fondo de la laguna.

"En esta leyenda la moraleja está clara, no se le puede negar auxilio a alguien que lo necesita", señala H. Molina, quien valora que lo bueno de las historias de tradición popular es que "son como la religión, van creciendo".

"Son historias vivas, quienes las interpretan añaden un poquito más para hacerlas cada vez más épicas", añade el director, quien también ha introducido en este cortometraje algo de su propio estilo a la historia bajo la premisa de que "en todo lo que hacemos, debemos de buscar que algo cambie", relata a EFE. 

Tres años de trabajo

La recreación de los pueblos en los que han rodado, como Palazuelo de Eslonza, Santa Colomba de Somoza, Santa María del Condado o Solanilla de la Sobarriba, entre otros, la han obtenido mediante la grabación de maquetas que ha puesto a su disposición el Museo Etnográfico de Mansilla de las Mulas, puesto que cada vez es más difícil simular un escenario de los años veinte del siglo pasado.

"Los cables de alta tensión, las torres de telecomunicaciones... siempre hay algún elemento moderno que interfiere en esa recreación de la época", señala H. Molina.

El cortometraje, titulado 'La leyenda del cuélebre' tiene una duración de veinte minutos, en el que se han empleado unos tres años y su mayor dificultad ha sido precisamente introducir el cuélebre.

En un principio, el director había pensado hacerlo mediante una técnica de animación en vídeo al más puro estilo del fallecido Lolo, dibujante y humorista leonés, a través de su hijo Raúl, pero esa idea no pudo materializarse y H. Molina ha recurrido finalmente a la inteligencia artificial.

Unión de tradición e IA

"Todos los planos estaban rodados a la espera del cuélebre" en un formato que, aunque era novedoso para el propio director, da muy buen resultado en esa unión de tradición con inteligencia artificial, comenta.

En este trabajo, en lugar de su nombre el director utiliza un pseudónimo, 'Rod de Mol', como firma porque considera que así consigue "huir de personalismos" puesto que este cortometraje "es un trabajo de todo un grupo de personas".

El cortometraje se estrenará este sábado 31 de mayo a las 20.30 horas en el Teatro El Albéitar de la Universidad de León. 

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