La heredera apeló a "volver", a "los básicos" que sostienen cualquier sociedad democrática: el respeto, la educación y la empatía hacia los más vulnerables
Ana Obregón cumple años haciendo realidad el sueño de su hijo, Aless Lequio
La actriz tiene más presente que nunca a su hijo en una fecha tan señalada.
Son muchas las fechas que hay tachadas en el calendario personal de Ana Obregón, hoy es una de ellas, una de las más importantes porque cumple 66 años y eso es motivo de celebración, aunque la actriz aún esté en un momento de recuperación y adaptación después de vivir el año pasado uno de los momentos más complicados de su vida.
La actriz cumple 66 años dos meses antes de que se cumpla un año del fallecimiento de su hijo, Aless Lequio, el que siempre fue la luz de su vida y el que la guía en estos momentos para encontrar la motivación y la fuerza necesaria para seguir con su vida. De hecho, Ana ha creado una fundación que recibe el nombre de su hijo para luchar contra el cáncer y llevar a cabo esa investigación que es tan necesaria para conocer la enfermedad.
Una madre coraje que demostró el 31 de diciembre dando las Campanadas en TVE, junto con Anne Igartiburu, que su profesionalidad está por encima de todos sus sentimientos. Dio un discurso que caló en todos los españoles...al final, era un mujer que había perdido al amor de su vida, su hijo, por culpa de esa maldita enfermedad.
Hoy, Ana cumple 66 años y la verdad es que se ha convertido en toda una referente para aquellas personas que tienen al lado a algún familiar o ser querido que está pasando por momentos difíciles. La actriz se ha caído, pero también se ha levantado pudiendo con ese dolor insoportable que le provoca la ausencia de su hijo, demostrando no solo su fortaleza, sino también que quiere hacer historia con el legado de Aless Lequio. ¡Muchas felicidades Ana!
La princesa optó por un vestido berenjena de inspiración clásica, la reina por un diseño negro con transparencias y la infanta Sofía por un modelo burdeos
La empresa de transportes lo olvidó empaquetado en el portal del edificio donde tenía que recogerlo y una vecina se lo llevó a su casa, pero no llegó a abrirlo
Una ciudad flotante que no duerme, o duerme por turnos, y en la que conviven los más variados perfiles y oficios







